Carta en homenaje al maestro radial-locutor
- Guia Informativa
- Jan 23
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Querido Compadre
Hace mucho tiempo tuve el inmenso placer de conocerte. Amistad que inmediatamente la definió una relación basada en la sinceridad y la solidaridad sin importar las circunstancias. A través de los años, hemos demostrado el alto nivel de respeto que tenemos el uno por el otro. De más esta decir que en mi humilde hogar siempre fuiste, y serás bienvenido.
Compadre, te distinguen muchas cualidades: tu elocuencia, la perfección en tu trabajo, la humildad y tu sencillez.
Tu distintiva manera de reír, y tu exigencia a la dicción perfecta. Entre tantas, la bondad, la generosidad, tu compasión y tu sabiduría, han sido los pilares donde cimentaste tu gran legado.
Para que hablar de las vicisitudes y experiencia menos agradables, si existe un exponente perdurable en tus virtudes. Valoro mucho tu gran sentido del humor, y tu personalidad carente de enojos, prejuicios y discrimen.
Compartimos momentos memorables llenos de alegrías y algarabías, de llanto y de incertidumbre. Recuerdo claramente y con añoranza la época navideña; esperábamos con ansias tu incomparable despedida de Año.
Tu especial saludo a dolores la pachanguera, a los diferentes corillos de la Isla, entre otros. ¿Quién olvida tus saludos efusivos y tu inseparable toallita desplazada en tu hombro? Hubo situaciones desgarradoras dónde sentí que mi dolor lo hiciste tuyo queriendo quitar de mis hombros el pesar y mi tristeza, y lo lograste. La angustia es menos dolorosa cuando se comparte.

¡Pasas por la vida dejando huellas imborrables, dejando recuerdos perpetuos en los que conocimos al gran locutor, y al gran ser humano que eres! Tu trayectoria profesional es parte de nuestra historia. Gracias al pueblo de Guayama por permitirnos adoptarte siendo ahora un “Brujo” Salinense, ícono de la radio en PR.
Guillo, tu voz es inconfundible; algunas personas “imitan” dentro de su propio estilo, y en el contexto positivo de su crecimiento personal y profesional, y así se aprende. Serán incontables las pisadas que nuevas generaciones dejarán sobre tus huellas. Hoy celebro contigo tu merecido homenaje. ¡A ti compadre, ávido lector, mi familia y gran amigo, te deseo lo mejor, especialmente, salud y felicidad!
¡Qué bueno que en vida sentiste la emoción y el cariño de tu pueblo y de tu gente! Me despido con mucho amor y enviándote el abrazo apreta’o de siempre.
Guillo Droing Laboy
¡Qué en Paz Descanses; éres Puerto Rico!
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